Nuevas crías de lince nacidas en el campo

Se han detectado las primeras camadas de linces nacidos en 2018, en la zona de reintroducción del Valle del Guadiana.

La camada de la hembra Mirandilla está conformada por cuatro crías detectadas por trampas fotográficas.

Esta hembra ya fue reproductora en 2017 y puede ser que, en 2018, se haya emparejado con Navarro, un macho de dos años, ya nacido en libertad y con quien comparte una parte del territorio. De confirmarse esta paternidad, será el primer caso de reproducción de un lince nacido en el Valle del Guadiana y estaremos, así, en presencia de una segunda generación de la especie, nacida en el campo, en territorio portugués.

El equipo de seguimiento del ICNF también ha confirmado la camada de Malva, otra vez con cuatro crías, con aspecto fuerte y saludable, captada por las cámaras de vídeo colocadas en el terreno. La paternidad de esta camada debe pertenecer a Mundo, un macho originario de la zona de Doñana. Así, se garantiza un flujo de genes entre la población de linces de Doñana y la del Valle del Guadiana.

Las crías de las dos camadas debieron nacer hace casi dos meses, edad con la que inician a explorar con su progenitora la zona exterior de la madriguera.

Jacarandá, una hembra de seis años, la primera en estabilizar territorio en el ayuntamiento de Mértola, tuvo este año cuatro crías, aumentando el total de crías confirmadas en el campo a 12.

Este año – 2018 - se espera también la confirmación de que 5 hembras más puedan haberse reproducido con éxito y que el número de crías llegue a los 20 animales. Durante 2016 y 2017 nacieron un total de 16 crías, en medio salvaje, en la zona de reintroducción del Valle del Guadiana.

El ICNF da a todos los ciudadanos la posibilidad de implicarse en este acontecimiento, votando por los nombres que se darán a estas crías, a través del portal http://areasprotegidas.icnf.pt/lince/.

La reintroducción del lince ibérico en Portugal se enmarca en el proyecto transnacional LIFE Iberlince (LIFE+10/NAT/ES/000570) que, con las sucesivas confirmaciones de reproducción en medio natural, consolida uno de sus objetivos, el de conseguir el establecimiento de poblaciones estables y viables de la especie en la Península Ibérica. El lince ibérico es una especie emblemática y «sombrero» para los ecosistemas mediterráneos y su conservación y la gestión asociada de su hábitat permiten la conservación de muchas otras especies de la flora y la fauna, constituyendo además una ocasión para promover el desarrollo de los territorios en los que se produce.